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La Red Latinoamericana de Agencias de Innovación (RELAI) es una asociación de las principales agencias nacionales y regionales de innovación establecidas en América Latina y el Caribe. Conoce más acerca de RELAI, cómo se creó, cuál es su finalidad, quienes la integran y cuáles son sus valores.
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RELAI es una red activa que busca fortalecerse a través del intercambio de conocimiento y de la acción: no solo promueve instancias específicas en esta línea, sino que actúa como amplificadora de las principales actividades, novedades y productos de conocimiento de sus integrantes.
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ENTREVISTAS RELAI | Fernando Peirano
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RELAI da inicio a este ciclo de entrevistas con la voz de su actual presidente, Fernando Peirano, conductor de la Agencia I+D+i (Argentina).

Fernando Peirano (Buenos Aires, 1974) preside la Red Latinoamericana de Agencias de Innovación (RELAI) desde 2021. Es economista especializado en temas de innovación y desarrollo productivo. Desde 2019, es el presidente de la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (Agencia I+D+i), organismo dependiente del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la República Argentina. Asimismo, Fernando es profesor de la Universidad de Buenos Aires y de la Universidad Nacional de Quilmes.


En esta entrevista, que da inicio a un ciclo de consultas por parte de RELAI, Fernando responde a preguntas vinculadas a ciencia, tecnología e innovación en la región, a las agencias que integran esta red, su rol y desafío, así como a la propia organización.


La pandemia del COVID-19 renovó la mirada global frente a la Ciencia y no solo hay un mayor interés por profesionalizarse en sus campos sino también un reconocimiento en la importancia de las políticas públicas asociadas al sector y en la inversión que este requiere. ¿Existe una reflexión estratégica de parte de la comunidad científica regional sobre este nuevo contexto para contribuir y demandar apoyos?


La experiencia de la pandemia deja una huella muy tangible en nuestros sistemas de ciencia y tecnología. Por un lado, comprendimos que sin tecnología la ciencia no puede tener impacto y, al mismo tiempo, que sin una ciencia propia es muy difícil tener una tecnología nacional. Allí hay un desafío de cómo lograr ese pasaje de la ciencia hacia la tecnología, cómo convertir una idea en millones de dispositivos de testeo, por ejemplo, que es un poco la experiencia concreta que tuvimos durante la pandemia. La conjunción entre conocimiento y producción es otro vínculo que se reescribe en esta pandemia y, al mismo tiempo también, el generado entre la voluntad y la vocación de científicos y científicas que se han formado en la concepción de que no hay ninguna conquista científica que valga la pena si no está al servicio del pueblo.

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«Hoy, tener un sistema de ciencia y tecnología no es un hecho cultural
sino una herramienta de oportunidades para enfrentar lo incierto.»
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Por otra parte, otro vínculo central que se reescribe es el del ciudadano de a pie y la Ciencia. Creo que hoy todo ciudadano sabe que va a enfrentar en mejores condiciones la situación incluso más adversa si tiene un sistema de ciencia y tecnología de pie, funcionando, articulado, donde se puedan establecer directrices y avanzar con proyectos y contenidos en ese sentido. Hoy, tener un sistema de ciencia y tecnología no es un hecho cultural sino una herramienta de oportunidades para enfrentar lo incierto; no hay nada que otorgue más plasticidad que el conocimiento. Poseer conocimiento otorga plasticidad frente a lo inesperado y creo que eso es algo que lo sabe quien transita un aula universitaria, un claustro, un instituto de ciencia y tecnología, pero hoy también lo sabe quien, estando alejado de esos espacios físicos, está muy cerca de las necesidades y las soluciones que actualmente pueden otorgar la ciencia y la tecnología.


Los ecosistemas de innovación incluyen al capital económico -la inversión- pero también al humano –en el que desataca nuestra comunidad científica-. ¿Cómo ve usted a Latinoamérica en estas dos dimensiones fundamentales? ¿Qué fortalezas y debilidades encuentra y cómo ha incidido la pandemia del COVID-19?


Yo creo que sí pudimos hacer frente a la pandemia y encontrar respuestas en nuestros sistemas de ciencia y tecnología fue porque había equipos que generaron una solución, quizás, a uno o dos meses de iniciadas las cuarentenas más duras; y lo pudieron hacer en ese plazo tan corto porque hacía una década que estaban trabajando, pensando y conociendo en profundidad los procesos que regulaban todo lo que tenía que ver con el tratamiento, el monitoreo y la prevención de los virus en general y de las enfermedades infecciosas. Hay un capital intangible enorme en esos equipos de trabajo, que además están fuertemente internacionalizados, lo que permitió que oficiaran también como canales para neutralizar otra pandemia -como lo definió la OMS- que fueron las fake news o las expectativas infundadas.


Un desequilibrio muy fuerte en América Latina está en que ese capital humano intenta prosperar en materia de ciencia y tecnología sin la inversión en equipamiento, insumos y otros factores complementarios que son indispensables para ser competitivos, para poder estar haciendo aportes de carácter universal. Tenemos un sistema de ciencia y tecnología muy volcado al pago de sueldos y que acompaña poco con otras inversiones que son indispensables. Quizás el desafío hoy de los sistemas de ciencia y tecnología en América Latina es encontrar un nuevo equilibrio, que si lo miramos incluso con más detalle también se replica al interior de los equipos de trabajo: tenemos concentraciones de cien o doscientos investigadores donde prácticamente no hay personal de apoyo, no hay un especialista en comunicación, en comercio exterior, en vinculaciones, en aspectos legales; hacer ciencia de esa manera corta mucho las posibilidades de impacto.


La pandemia posterga el desarrollo de múltiples sectores y demanda a los gobiernos el direccionamiento de fondos hacia el sector de la Salud. ¿Existe una oportunidad para la Ciencia en esta crisis?


Sin dudas todas las políticas públicas deberían apoyarse en una I+D propia, la Salud indispensablemente. Hay que avanzar -y lo estamos haciendo con los enfoques de investigación traslacional-, acercar mucho más lo que ocurre en el consultorio a lo que ocurre en el laboratorio, para dotar de mejores herramientas a quien es el personal de asistencia, de atención primaria o de alta complejidad, y también para que las agendas de investigación se nutran de las enfermedades prevalentes en nuestros países.

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«Ese juego de llevar de un ámbito a otro el conocimiento,
es un dinamismo que América Latina tiene que estimular y mucho
para solucionar cuestiones que están pendientes
y que son realmente una deuda interna.»

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También es muy importante poder complementar a la industria farmacéutica con mejores sistemas públicos de producción pública de medicamentos: hay muchas enfermedades huérfanas, hay cuestiones puntuales que los mercados no resuelven, que dañan el acceso a la Salud. Realmente lo que se ha podido hacer -por ejemplo, en los test rápidos frente al Covid- es resultado de trabajos anteriores. Un test rápido que nace para el agro, pensado en vegetales, después da el conocimiento y la capacidad técnica para replicar una solución que puede llegar a millones de personas y garantizar un mejor acceso a la salud. Ese juego de problema-solución, de llevar de un ámbito a otro el conocimiento, es un dinamismo que América Latina tiene que estimular y mucho para cortar rápidamente brechas y solucionar cuestiones que están pendientes y que son realmente una deuda interna.


RELAI cuenta con una amplia muestra del panorama científico e innovador latinoamericano. ¿Cuáles son los desafíos que esta comunidad pone en evidencia? ¿Qué temáticas están abordando las agencias con mayor énfasis?


Creo que la agenda de prioridades y misiones estratégicas es muy coincidente. América Latina hoy está atravesada por dos transiciones: la transición digital y la transición energética. Por un lado, tenemos el desafío de no ser sólo usuarios de tecnología sino también productores, tener protagonismo en la creación de valor agregado. Se suma a esto la preocupación de tener una producción más verde y la importancia que debemos darle a la producción de alimentos; somos una región que genera proteínas de alta calidad, pero tenemos hoy un techo impuesto por nuestras propias capacidades, que es el de pasar de las proteínas a los alimentos y de estos a aquellos mayormente funcionales a la estrategia de salud y de nutrición.

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«Creo que hoy en América Latina, el Estado tiene que ser emprendedor,
pero con una prioridad: cuidar y crear.»
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Así como Mariana Masucatto habla de «la búsqueda de un Estado emprendedor», creo que hoy, en América Latina, el Estado tiene que ser emprendedor, pero con una prioridad: cuidar y crear. Cuidar a través de la salud, la educación, el tener un hábitat mucho más amigable; y también de crear oportunidades en el marco de estas transiciones que señalábamos, valorizar nuestros conocimientos actuales y los conocimientos ancestrales en el marco de poner en valor lo que son nuestros recursos naturales.


Toda combinación entre recursos naturales, nuestra tradición productiva y el conocimiento científico-tecnológico son espacios de enorme potencialidad para el desarrollo de Argentina y de América Latina y hacia ahí tenemos que avanzar desde la promoción en innovación.


Las agencias socias de RELAI han atravesado la pandemia de forma activa: desde un kit diagnóstico en Uruguay hasta una hackathon en Perú o una biblioteca virtual sobre coronavirus en Argentina. En la actualidad, las agencias de innovación ponen su atención también en la recuperación económica, apoyando a mipymes y cadenas de suministro. ¿Cómo observa usted esta trayectoria y cuáles son a su entender las contribuciones más significativas de las agencias de la región?


No todos los países tienen la misma base científica: muchas veces, la innovación se nutre de los avances y los resultados de la investigación científica mientras que otros casos, se nute más del empuje que dan nuevas profesiones, actividades, bienes y servicios; eso convive en la RELAI y hace que los perfiles y los énfasis de cada agencia sean distintos. Todas las agencias se enmarcan en la ciencia, tecnología e innovación, pero algunas tienen mucho más énfasis en los emprendedores como actores centrales del proceso y algunas otras en los científicos. Entonces, en la cuestión fina de cómo logramos motorizar el desarrollo a partir del conocimiento, hay trayectorias y especificidades distintas que en el diálogo regional nos nutren y permiten lograr una combinación adecuada.


La pandemia obligó a encontrar nuevas formas de trabajo, mayormente, basadas en la tecnología y el trabajo a distancia. ¿Cómo ha afectado esto a las agencias de la región? ¿Fueron todas capaces de acelerar su transformación digital? 


Un primer desafío, que quizá antes que para los emprendedores o los científicos y científicas fue para las burocracias de los gobiernos, constituyó el de dar un salto casi instantáneo sin mediación de un formato de trabajo presencial a un trabajo a distancia y mediado por las tecnologías de información. En el caso de la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación esto se pudo lograr principalmente por el compromiso de sus trabajadores y trabajadoras que pusieron sus equipos, su conectividad, su software, sino los Estados no hubiésemos podido actuar como agentes de apoyo y dinamizadores, hubiésemos sido verdaderos diques de la capacidad y voluntad de nuestro sistema de científicos y emprendedores y no un puente desde estas oportunidades hacia las soluciones.

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«Ha habido una fuertísima transformación organizacional,
de herramientas y de procedimientos en los Estados 
que hoy tenemos el desafío de defender para no volver hacia atrás.»

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De este modo, ha habido una fuertísima transformación organizacional, de herramientas y de procedimientos en los Estados que hoy tenemos el desafío de defender para no volver hacia atrás. Tenemos que ir hacia un sistema híbrido, mixto, donde tomemos lo mejor de las dos modalidades.


En el mundo científico y en el de los emprendedores creo que este pasaje fue mucho más suave, porque de hecho ya venían aprovechando muchas de estas prácticas, herramientas y modalidades. Sí sufrieron la presión de quien tiene que resolver en poco tiempo grandes desafíos, con muchas horas de trabajo y una intensificación muy grande de la tarea.


Creo que ocurrió a dos velocidades y modalidades distintas, pero son todas partes claves de los sistemas de ciencia, tecnología e innovación y en cada caso el desafío es hacer un balance y lograr un aprendizaje de lo que ha ocurrido en estos dos años.


¿Qué importancia tiene para las agencias de investigación, innovación y desarrollo de la región ser parte RELAI?


El avance de la economía del conocimiento es un hecho indiscutible y que las sociedades latinoamericanas lo ven de manera favorable. Que hoy sea el conocimiento basado en las personas y en las organizaciones lo que está generando valor de manera más dinámica encierra una oportunidad también para países que muchas veces tienen debilidades en sus infraestructuras o en sus equipamientos. Frente al hecho de una economía que hace del conocimiento una fuente de riqueza, el desafío de las agencias de promoción queda enmarcado en un escenario donde ya no alcanza con solo aliviar los costos del desarrollo tecnológico y los asociados a la incertidumbre de la investigación o la innovación; tenemos que tener una mirada de la promoción que empiece mucho antes creando nuevos actores y nuevo ámbitos, que tenga su componente de apoyo económico pero también vaya mucho más allá garantizando un impacto que se puede potenciar por mejores articulaciones, por un mejor diálogo entre la innovación y la regulación.


En este contexto hay que pensar el futuro, hay que diseñarlo y me parece que la mejor manera es hacerlo en conjunto y que sea también una oportunidad para que haya una agenda latinoamericana en innovación que complemente otras agendas que hacen de la región un imaginario común, un proyecto compartido.


Latinoamérica es una región dispar en su desarrollo y en la instrumentación de políticas públicas para la innovación. ¿Entiende usted que RELAI puede ser un instrumento para diseñar una agenda que traccione a los países hacia objetivos en común? ¿Es posible este alineamiento en contextos tan diversos?


Tenemos que pensar América Latina como un espacio compartido y común, definido por desafíos muy parecidos. La Ciencia también tiene una escala mínima: hay un umbral mínimo, una masa crítica de esfuerzos que hay que reunir para que las apuestas -algunas exitosas y otras fallidas- den como resultado un vector de movimiento hacia adelante. 


Lo mismo pasa con la innovación: cómo alcanzar esa masa crítica, cómo superar ese umbral, es una gran pregunta para muchos países de Latinoamérica, que tenemos inversiones que son apenas una fracción de lo que invierten otros países centrales o lo que invierten grandes corporaciones internacionales. Entonces todo lo que pueda ser asociativo en la región va a ser en beneficio de nuestras sociedades, de nuestras poblaciones y tenemos además un rol global, pensarlo así, porque América Latina sin duda tiene que ser una voz fuerte, potente y clara en el desafío del cambio climático que estamos enfrentando. 


Teniendo en cuenta la disparidad existente entre los diversos países de la región y la originalidad que significa la RELAI a la hora de tener un ámbito donde poder discutir aspectos en común y amalgamar necesidades que no son las mismas para todos, también en el marco del programa Desafíos Comunes como convocatoria, ¿cómo ha visto usted esta experiencia de integración entre las distintas agencias? ¿hay condiciones para esta sinergia y para encontrar aspectos en común, más allá de las diferencias?


Si vamos a los hechos encontramos muy pocos espacios institucionales de encuentro y muchos menos de colaboración. En ese sentido la RELAI se destaca por ser una iniciativa que empieza a tener una forma, un contenido, una trayectoria y está cubriendo un faltante. Realmente no hay hoy otro espacio más relevante de encuentro y esto es otra cosa que debe llamarnos a la reflexión y a la acción.

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«La RELAI en todos esos aspectos es hoy el ámbito de encuentro inicial
que necesita ser profundizado, avalado con más inversiones, con más interacción.»
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Desde este convencimiento de que hay muchos problemas comunes compartidos y, al mismo tiempo, frente a preguntas acerca de si los métodos de la ciencia, sus tiempos y sus prioridades tienen que ser iguales a los centrales, en países donde la pobreza alcanza un tercio de la población o más, conviene responder de manera común, cooperativa y enfrentarlo como un desafío particular. Tenemos que ponerle una cuota de creatividad también a los métodos, a las políticas y al uso de los recursos y la RELAI en todos esos aspectos es hoy el ámbito de encuentro inicial que necesita ser profundizado, avalado con más inversiones, con más interacción.


En el mes de diciembre, RELAI lanzó la convocatoria regional Desafíos Comunes que busca que las agencias de innovación de los países latinoamericanos socios de RELAI promuevan tres ejes como reto: salud, innovación pública y reactivación económica. ¿Cómo se llega a la definición de estas tres temáticas y qué expectativas se tiene frente a este llamado?


Nosotros sabemos que el crecimiento económico es una condición necesaria pero no suficiente para multiplicar las oportunidades, entonces la reactivación económica tiene que ser rápida después de la caída que significaron las cuarentenas obligadas por la pandemia. Pero, además, sabemos que no nos basta con recuperarnos, tenemos que transformarnos a partir de nuevos valores que tienen que ver con el medio ambiente, la perspectiva de género, ser sociedades más equitativas en su distribución espacial. Estas son todas preocupaciones y valores compartidos por los que están involucrados en la dirección de las distintas agencias y por lo tanto de ahí salieron los temas (de Desafíos Comunes) junto con la reflexión del rol de los Estados hoy en día.


Hoy el Estado desde luego tiene que atender la emergencia, ser un Estado árbitro porque hay pujas distributivas y tensiones propias de cualquier sociedad que se desarrolla o que se estanca, pero puede opacar una función indispensable del Estado que es la de promover el desarrollo, la de emprender, la de un Estado que tenga acciones en las funciones de cuidar y crear. Ahí se enmarcan estas definiciones de prioridades y esta experiencia inédita y compartida de poner una agenda de desafíos comunes y buscar las soluciones a partir de la creatividad, el conocimiento, la ciencia y la tecnología. 


La conducción de la Red es rotativa. En este rol ya estuvieron la Agencia Nacional de Investigación e Innovación, de Uruguay, e iNNpulsa, su homóloga colombiana. ¿Qué particularidades debería imprimir en esta responsabilidad la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación de Argentina ?


En esta etapa de las presidencias de la RELAI los objetivos que nos hemos fijado es seguir avanzando en compartir información sistematizada y generar sistemas de indicadores que hoy hacen a uno de los elementos claves de la legitimidad de estos sistemas de promoción. 


El otro eje que estamos buscando es redefinir y rediscutir este sentido de la promoción en mirada amplia: vemos una oportunidad muy importante en reestablecer el encuentro físico de todos los que hacemos las agencias de innovación de América Latina y, en este año, hacia el mes de octubre, Argentina va a ser sede de una reunión importante de ministros de Ciencia y Tecnología de Iberoamérica y queremos que sea también el punto de reencuentro.